lunes, 14 de diciembre de 2009

Ni un paso atrás en favor de la justicia

Una vez más, queremos haceros llegar varios acontecimientos que van a desarrollarse en estos días y que guardan una estrecha relación con las motivaciones de este blog y de la Asociación Hispano-Árabe HERMANDAD, JUSTICIA Y LIBERTAD.

Lo primero, un Simposio que se celebrará hoy y mañana en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, que versará sobre "Las políticas en Oriente Medio: mitos y realidades", que contará con especialistas españoles, libaneses, sirios y palestinos entre otros. Podéis informaros mejor aquí:

www.festivalinterpueblos.org/index.php?seccio=conferencias

Además, conviene que sigáis el blog de la Plataforma de apoyo a Aminatou Haidar, donde encontraréis una agenda con TODOS los eventos, movilizaciones y noticias que se refieren a la dramática, vergonzosa e injustísima situación de esta ejemplar e incansable luchadora.

http://todosconaminetu.blogspot.com

martes, 8 de diciembre de 2009

Carta a Aminatou Haidar



En el nombre de Allah, solemne, misericordioso.
Besmi allahi alrahmani alrahim, mi señora Amina.

No quedan en toda nuestra nación árabe hombres que se indignen por su libertad y su honor y su valor de seres humanos iguales ante el creador que los reyes, presidentes, líderes, generales y mas falsos personajes de la vida de nuestra historia. Incluido, por supuesto, el rey de Marruecos.

Pero ya, Saidati, mi señora. Tú con la cabeza alta y la mirada puesta en el cielo como los águilas enseñaste al mundo entero que, una señora del Sahara, con su tradicional vestido, malfaha, y su piel morena del sol de Al Sahra, con un corazón a prueba de bombas es capaz siendo musulmana de defender su dignidad y la de su gente. Eres en verdad el frente polisario entero, y la voz de todos los saharauis autenticos, hombres y mujeres del desierto, árabes como los de antaño. ¡Que vengan los legisladores del mundo a aprender como la justicia tiene una sola cara!. ¡Que aprendan los politicos, de Oriente y de Occidente, que una sola mujer es capaz de mover millones de corazones!. ¿Qué pasaría si los millones de corazones se pusieran contigo en huelga?

Saidati, mi señora. El Mahatma Gandhi fue capaz de ayunar toda la vida, comía justamente lo que era necesario para seguir manteniendo sus fuerzas y su vitalidad, y su aguda paz interior, la India, fue liberada gracias al espíritu de lucha pacífica que plantó con su fragil cuerpo.

La madre Teresa de Calcuta dio su vida entre panes y aceites a los necesitados de la India, ¡y se fue dando su vida a quienes la necesitaban!.

Quizás sería imposible contar tantos ejemplos porque la historia esta repleta.

JESÚS el nazareno aunque sabía que le iban a llevar a la cruz, como citan los libros de nuestros hermanos los cristianos, y podía haber escapado, siguió su destino. Pero sabes, mi señora, que hasta Jesús el Nazareno, isaa ... aliehi el salam, no provocó con su propia mano su fin físico. Él dejo claro que si hay que morir en la cruz de los romanos, violadores de la ley de dios, él por dios moriría; pero que sean los romanos, los escribas y los fariseos quienes lleven su sangre, y eso que no tenía ningun hijo. Y es aquí donde quiero que me escuches, por el amor de dios, con atención...

Sé que tienes dos hijos, dos bendiciones de dios, dos luces de tus ojos. Yo sólo tengo uno, y en sus ojos está Palestina, las heridas de nuestra nación, la gloria de nuestro pasado, la triste realidad de nuestra decadencia. A la vez está la esperanza en una mañana repleta de luz de la justicia, del adl al adl, ya Saidati. Y mi pregunta es, ¿crees que si tus ojos dejan de ver la luz de los ojos de tus hijos, habrás liberado Al Sahar?



No, y tu vida y la luz de los ojos de tus hijos ha de ser el centro de tu ser, ¿sabes por qué mi señora Amina?.

Porque tus ojos son el regalo de dios, y los ojos de tus hijos son su regalo a ellos y a tí. ¿Quienes son Moratinos, Muhamad VI o VII o el VIII para que tu pierdas la luz que dios te ha regalado?

Sabes que en el Corán dios nos prohibe determinantemente quitar la vida, la nuestra así como la de cualquier semejante, e incluso nos limita el sacrificio de nuestros compañeros de viaje, los animales.

Saidati Amina, por Allah, no sigas negando la vida porque por ella estabas y estás luchando. Estaremos contigo todos los libres de este país, todos los que creemos en la vida. Yo siempre me acuerdo del personaje del judío de la película La vida es bella; hasta el final seguía haciendo reir a su hijo, y mira por donde... ¡hoy los judíos tienen una patria!.

No voy a entrar en el cómo y el por qué, pero igual que estan en Jerusalem por la fuerza, podrían no haber estado o estar sin ella. Ahora lo que importa es que tú vuelvas a dar vida a tus hijos, y a nosotros que creemos en la dignidad y la libertad del corazón y el pensamiento; y ante todo acuerdate que ante dios tendrás que responder a la siguiente pregunta:

¿Por qué has querido morir?. Y, ¿por qué ejecutaste tu muerte?

No le podrás decir que por tus hijos y tu gente; te fuiste así, sin más...

Por el amor de dios, quédate con tus hijos, quédate con nosotros; estaremos contigo en esta batalla hasta el final.

Por favor, vuelva a sonreir, ante la mirada de los niños de tus ojos,
y vuelva a rezar las mañanas ante el sol del Sahra. Rezar al Fagr, y pedir ... Y llorar entre las manos de dios.


Ghaleb Zarah Katib
Asociación Hispano Árabe Hermandad ,Justicia y Libertad
Toledo 7 de diciembre de 2009

[Esta carta ha sido enviada, junto con un libro de poesías, a ese rincón de vergüenza universal que es para España y Marruecos el aeropuerto internacional de Lanzarote, donde gracias a diversos allegados a nosotros se la harán llegar a Aminatou Haidar]

miércoles, 18 de noviembre de 2009

Hay mucho que saber, y es poco el vivir...

...y no se vive si no se sabe, que escribió Gracián en su Oráculo Manual y Arte de Prudencia. Por eso nuestra Asociación también nos proponemos acercar a los que saben a los que no los conocen, de ahí intentaremos siempre que podamos anunciar charlas, debates, conferencias o ciclos del tipo que sea, y que consideremos que están directamente relacionados con las relaciones hispanoárabes, la cultura mediterránea y, en general, el buen entendimiento entre sus pueblos.

Mañana, día 19 de noviembre a las 18:00, tendrá lugar en la facultad de Geografía e Historia de la Universidad Complutense de Madrid una charla-debate titulada La mujer en el Islam. Organizada por la asociación de estudiantes de la facultad Luna Nueva, contará con las ponencias de Mani Atfe (Siria) y Shirin (Irán).

Y a partir de la semana que viene se inauguran en la Real Sociedad Económica Matritense de Amigos del País el XL Curso de Historia coordinado por el Dr. Alfredo Alvar Ezquerra (CSIC), con diversas charlas que versarán sobre la coyuntura histórica de 1609. De entre todas las que se desarrollarán, es destacable la que tendrá lugar el día 1 de diciembre en la sede de la Real Sociedad (Plaza de la Villa 2, Madrid) a las 19:00, impartida por Mercedes García Arenal (CSIC) sobre La vida de un morisco entre España y Magreb, y que igualmente es de asistencia libre y gratuita.

Esperamos coincidir con algunos de vosotros por allí.

jueves, 5 de noviembre de 2009

La expulsión de los Moriscos (II)

La creación de estereotipos legitimados por los intelectuales. Política y literatura en la creación de la imagen del morisco a expulsar.

Tomando como punto de referencia su repercusión en la historiografía posterior y la información que aportan, De Bunes Ibarra en Los moriscos en el pensamiento histórico, clasifica las obras del siglo XVII en dos bloques: obras generales, las que buscan los orígenes de la minoría y de la religión que practican, y monográficas que analizan aspectos parciales de la expulsión o son alabanzas la decisión de la Corona. Unas y otras serán, aun así, verdaderas campañas de justificación y propaganda de las medidas reales escritas por autores de diversos géneros que dan un punto de visto cristiano sobre los moriscos, generalmente apologéticos de la conversión o la expulsión todos ellos. Juan Andrés, Pedro de Alcalá -franciscano de finales del XV y comienzos XVI que intervino en la evangelización de los mudéjares andaluces de 1499-, Jaime Bleda, Aznar Cardona, Pedro de Valencia, Blas Verdú, Damian Fonseca o Gaspar Juan Escolano, serán entre muchos otros quienes escriban acerca del tema, pronunciándose fervientes católicos a la vez que se prestaban a un mayor o menor entendimiento de la realidad morisca. Numerosos tratados y memoriales fueron redactados por estos hombres, aunque quizá haya que determinar cuatro casos específicos que destacaron por su justificación de la medida, otorgando total licitud a la expulsión:

· Jaime Bleda, párroco de moriscos y perseguidor de estos desde su oficio de calificador de la Inquisición valenciana, a la vez que extremista que sirvió a los intereses de Lerma y Ribera, aunque finalmente acabó enfrentado al último. Publicó la Corónica de los Moros, dedicado a Lerma, en la que los acusaba de holgazanes, vagos, de alimentarse mal y obtener poca energía para el trabajo.
· Fray Marcos de Guadalajara, que en su Memorable expulsión de los moriscos de España alabará al rey católico por su decidida puesta en acción de la medida.
· Fray Damián Fonseca, dominico y autor de la Justa expulsión de los moriscos de España, traducida a otros idiomas. Compañero de Bleda, fue acusado por él de ignorante y de plagiar su obra.
· Aznar Cardona, una de las voces más insistentes en la expulsión, que en su Expulsión justificada de los moriscos españoles y suma de las excelencias cristianas de nuestro rey Don Felipe III, una compilación de las descripciones más gráficas y brutales que se podían encontrar en un escrito antimorisco (y que aun así no se deja llevar por la fantasía y la exageración imperante en otras plumas) recomendará fervientemente su expulsión. Atacará fundamentalmente sus maneras de mostrarse en sociedad y de su completa lectura se puede extraer la aversión y el rechazo de un modo de vida distinto al de la sociedad de cristianos viejos, la cual no solo no los admite, sino que los siente como una amenaza.

En general, podemos sacar como conclusiones de todos estos escritos, que la opinión de aquellos autores es casi tan fundada en realidades como aquella que encontrábamos en los pliegos de cordel y coplas populares. En estos tratados volveremos a encontrarnos con ese morisco deformado, vil, descuidado, enemigo de las letras y ciencias ilustres -las únicas compañeras de la virtud- y por consiguiente ajenos de todo trato urbano, cortés y político. Se insistirá por enésima vez en su vil comida "como son fresas de diversas harinas de legumbres, lentejas, [...] juntaban pasas, higos, miel, arrope, leche y frutas" y su poca afición a los oficios de mucho trabajo pues "pocos y bien pocos dellos tenían oficios que tratasen en el metal o el yerro, o en piedras ni maderas" como escribirán algunos de ellos. Del mismo modo, Aznar se refiere a algunos de los más comunes argumentos acerca de la peligrosidad morisca, como la fecundidad tan sorprendente, algo peligroso para los cristianos viejos, diezmados por el celibato religioso y las empresas del Imperio. Y como no, las tan temidas conjuras, siempre relatadas a partir de un suceso o conocimiento de terceras personas, y nunca demostrable como el caso de la anciana pobre y viuda que la sorprendieron alabando la labor de los procuradores que recogían dinero "para lo contratado contra los cristianelos". Existía, por tanto y según extraemos de estos textos, y en parte debido al menosprecio sufrido, una fuerte unidad de grupo y una activa solidaridad entre todos ellos. Fray Alonso Fernández decía de ellos que "no daban lugar a que mendigasen. Todos tenían oficio y se ocupaban en algo", siendo esta para ellos la mejor forma de mantener inalterados (en la medida de lo posible) sus señas de identidad, algo que a ojos cristianos resultaba una vez más intolerable.

Durante el reinado de Felipe IV se empieza a considerar la expulsión una medida injusta, innecesaria e incluso se plantea como un problema de conciencia a nivel nacional. En un primer momento los arbitristas siguen la misma línea de los cronistas y literatos de crítica a los moriscos y de apoyo a la expulsión, pero avanzando los años serán los primeros en criticar la medida, y preocupados por la situación de los Reinos, se plantearon los inconvenientes de las medidas de 1609. Autores como Pedro Fernández Navarrete en Conservación de Monarquías (1626) o Sancho de Moncada en Restauración Política de España (1621), editaron obras en las que trataron sobre los efectos demográficos y económicos provocados por el destierro. Saavedra Fajardo escribe en sus Empresas políticas, que el Príncipe debe "transformar poco a poco las provincias adquiridas en las costumbres, trajes, estilos y lengua de la nación dominante [...]. Esta política se despreció en España en su restauración... con que, unidos conservaron juntamente con el odio sus estilos, su lenguaje y su perfidia, y fue menester expelellos de todo punto, y privarse de tantos vasallos provechosos a la cultura de los campos, no sin admiración de la Razón de Estado de otros Príncipes, viendo antepuesto el esplendor de la nobleza a la convivencia, y de la religión a la prudencia humana"

En las obras literarias, dejando ya de lado las crónicas, apreciamos una evolución en la mentalidad de los escritores entre los siglos XVI y XVII hacia unas posiciones de intransigencia o directamente de crítica directa hacia los moriscos. A finales del XVI surgirá una visión más renovada del morisco, forjada ya más por los partidarios de la expulsión que los de la asimilación, cuyo fin es demostrar la necesidad de la extirpación de este mal debido a la pertinencia y obstinación natural de esta comunidad, que se niega a oír y admitir el evangelio de Cristo. En 1609 se expulsa, por tanto, al estereotipo de morisco temible, prefabricado durante todo el XVI, siendo en sustancia todos uno: todos uno en el odio, todos uno en la opinión y todos uno en la expulsión. Los ejemplos de mayor radicalismo serían Quevedo y Lope de Vega, y excepcional sería el caso de Calderón, que muestra en sus textos una cierta simpatía por el morisco. Respecto a Cervantes, hay en sus obras una evolución desde una posición de odio al morisco en obras como Los baños de Argel a la piedad por el personaje de Ricote de El Quijote, aunque la compasión lógica por el expulsado morisco Ricote no le aparta de una clarísima defensa de las medias de expulsión y su obra no se desmarca de la apología. Al fin y al cabo y a rasgos generales, una literatura algo apologética, pues la censura no habría permitido ninguna crítica contra la medida de expulsarlos o contra quienes tomaron la decisión, entre 1609 y 1614.

Cervantes, que tan comprensiva e idealizadamente trata a los turcos, moros y moriscos en general en obras como El Gallardo Español, La Gran Sultana o El Quijote, bien conocía el grave peligro que para España y para la cristiandad significaba el poderío musulmán y los inasimilables moriscos. También, en su Coloquio de los Perros, pone en boca de Berganza que dice a Cipión "entre ellos no hay castidad ni entran en religión... todos se casan, todos multiplican. No los consume la guerra, ni ejercicio que demasiado los trabaje...". Lope fue quien vio con mayor comprensión la tragedia que el decreto de expulsión supuso para la burguesía de origen moro. En La Desdicha por la honra muestra la situación límite a que el destierro pudo llevar a personas perfectamente integradas en la sociedad, y donde además ironizará sobre el culto exagerado al honor, pero el planteamiento del deshonor que cae sobre quien por otro lado se precia de la noble y casi mítica descendencia Abencerraje se lleva a sus últimas consecuencias.

En cambio Calderón no pudo conocer debido a su edad, y a diferencia de Cervantes y Lope, falsos y traidores moriscos como los que encontramos en El Persiles o en La Mayor desgracia de Carlos V y hechicerías de Argel, obras de una abigarrada y pintoresca humanidad que Cervantes presenta en comedias sobre el cautiverio como Los Baños de Argel, La Gran Sultana o El Gallardo español, y de la que carecerán las obras de Calderón. Bien distintas eran las circunstancias en las que escribía Calderón, lector y gran admirador de Cervantes a la vez que consciente de que el peligro para la unidad de la fe y de la Monarquía Hispánica ya no provenía de la secta de Mahoma, pero no por ello dejó de ocuparse del morisco, brindándole una obra completa en la que adereza su desgracia y tragedia, con una historia de amor al más puro estilo del Siglo de Oro: El Tuzaní de la Alpujarra (publicada como Amar después de la muerte).

Probablemente publicada en 1633, pues no está muy claro debido a su posterior publicación, la obra escenifica de manera pseudohistórica la sublevación de las Alpujarras de 1568 y la consiguiente guerra en la que se encuadra la historia de amor de los dos personajes, presentados extrañamente de manera individualizada, separados del grupo y de esa masa deformada y mal interpretada que reinaba en el imaginario colectivo de los cristianos viejos. Cada una de las jornadas representa un día distinto: el motivo de la sublevación muy ficcionalizado por Calderón, la rebelión de los moriscos y su vida palaciega mientras avanzan las tropas de Felipe II y finalmente la rendición morisca. Calderón probablemente se apoyó para escribir Amar después de la muerte en la obra de Hurtado de Mendoza, Mármol de Carvajal y Pérez de Hita, y seguramente más concretamente en estas últimas, las menos históricas, especialmente la de Pérez de Hita. Además su obra aparece en un contexto sociopolítico peculiar en el que Calderón vive las sucesivas re-expulsiones de moriscos desde 1609 y los juicios inquisitoriales, la codicia desatada por los bienes ajenos tras la expulsión y la definitiva vigencia de una limpieza de sangre que excluía frontalmente a los moriscos. La obra tendrá como base, en definitiva, un drama de amor a partir del cual Calderón manifiesta su oposición a la política oficial, a las tendencias y usos sociales de su época y a una concepción racista de la sociedad de su tiempo, retomando por tanto la voz del morisco vencido en aquella revuelta de 70 años atrás. Una comedia cuyo valor para este trabajo es mostrarnos con su crítica política la posible existencia de una facción más liberal y comprensiva en la corte, que podía llegar a defender los derechos de los moriscos. Aunque la propuesta de Calderón es que, por el interés de la seguridad nacional y por beneficios a alcanzar más allá de este mundo, la subordinación sincera al rey y a la Iglesia son los únicos modos posibles de conseguir paz, amor, armonía y estabilidad en la España católica, no por ello deja de criticar en menor medida a los reyes Felipe II y Felipe III por su escasa flexibilidad, así como a la gente que tomó parte en la guerra debido a su aprovechamiento impune de los bienes moriscos. Sin embargo hay que tener siempre presente que el ataque no representa una crítica a la institución de la Iglesia, a los cristianos viejos o a la fe católica, sino a la mera discriminación social y genealógica del XVI.

Por tanto, Calderón ofrece también su punto de vista acerca del mal adoctrinamiento y evangelización sobre los moriscos, pues si estos no se han convertido de manera sincera es culpa de los responsables del bautismo, la educación y la conversión, al ser incapaces de encontrar el anclaje moral en que se basan las doctrinas cristianas. Reconoce, por tanto, que fue un error, aunque no acusa directamente a nadie, a la vez que afirma los derechos de los moriscos como seres humanos pero les niega la libertad religiosa, ataca el racismo pero también apoya el partidismo religioso, y denuncia la persecución religiosa admirando simultáneamente su impulso motivador y su meta ideológica. En definitiva, Calderón pretende presentar un morisco algo más afin a un cristiano con el fin de construir un discurso convincente sobre la injusticia de las generalizaciones a la vez que sugiere la necesidad de mirar al "otro" con más atención, no solo por ser humano, sino sobretodo para poder encontrar un terreno en que basar un fundamento sólido para el adoctrinamiento en la fe católica

viernes, 30 de octubre de 2009

POEMA DE LOS REYES MAGOS DE ISRAEL. (Ghaleb Zarah, Toledo, 5 de enero de 2009)

Esta es, la Boda de la Sangre,
vuelve Federico...
Vuelve a escribir tus versos
andaluces...
Bajo la luna de Gaza...
Ven a ser el testigo...
De la danza de las palomas...
En los pechos de las madres,
de los hijos...
Ya estan todas degolladas...
Lorca esta es...
la Boda de la Sangre...
Que perfumará la morada
de Israel...
Holocausto a Jehová ...
Ya nunca más olerá
a rendición , a traición ...
Resistencia, resistencia, resistencia
y ... gloria ... al morir
como el nazareno crucificado
ante ... la junta de Israel
comiendo de su corona de espinas
... las golondrinas ...
Se estira ... mi cuidad ... Gaza ...
... que es ... en su nombre ...
Y en su ruina ... espina .. en la garganta
de ... Israel ...
Esta es la Boda de la Sangre.
Vuelve ... Garcia ... y ... Lorca
a ... escribir ...

Hoy es otro de los protagonistas del poema, García Lorca, a quien se dedica más tiempo en prensa, radio y televisión por temas de Memoria Histórica. Por eso hemos creído bueno recuperar este poema inédito de Ghaleb Zarah escrito durante la Navidad de 2009, en la que Israel bombardeó incesantemente al otro protagonista del poema, Gaza. Una imagen vale más que mil palabras, incluso que mil poesías si son así de buenas:

http://www.boston.com/bigpicture/2009/01/scenes_from_the_gaza_strip.html

La expulsión de los Moriscos ( I )

Como ya sabréis, este año se han celebrado diversos coloquios y se han presentado varios libros y estudios como consecuencia del cuarto centenario de la primera expulsión, en 1609, de los moriscos peninsulares. Desde la Asociación Hispano-Árabe Hermandad, Justicia y Libertad quisimos conocer en la medida de lo posible "por dónde iban los tiros" en cuanto a conclusiones y novedades sobre el tema, y alguno de sus miembros pudo asistir a un coloquio celebrado en la Biblioteca Nacional de Madrid los días 3 y 4 de septiembre, que contó con la presencia de una de nuestras debilidades en cuanto a investigadores en Historia se refiere, Bernard Vincent.

http://www.bne.es/export/sites/BNWEB1/es/Actividades/AgendaMensual/Agendas2009/Septiembre2009/docs/ProgramaCongresoMoriscos.pdf

Tras asistir a esto y en base a trabajos ya realizados aunque no publicados, decidimos dedicar algunas entradas a este tema, pues puede y debe hablarse de ello como uno de los momentos más dramáticos de NUESTRA historia moderna, pues expulsores y expulsados -al más puro estilo de una Guerra civil- eran igual de españoles. Con este ensayo pretendemos dar a conocer cómo eran realmente aquellos moriscos que fueron expulsados, y en base a qué se fue creando el estereotipo del morisco a expulsar (completamente falso y exagerado en la mayoría de los aspectos), para poder entender así cómo se llegó a expulsar a miles de personas que, en la mayoría de los países musulmanes a los que llegaron tras la expulsión, fueron maltratados, robados e incluso asesinados, pues a su llegado eran considerados falsos musulmanes, casi cristianos. Expulsados de la Católica Monarquía de Felipe III por criptomahometanos, y recibidos en tierras musulmanas como extranjeros débiles, aunque peligrosos...

¿Quiénes y como fueron los expulsados en 1609?. La realidad morisca a comienzos del siglo XVII.

La preocupación peninsular con el Islam tiene su época dorada hasta la expulsión de los moriscos, aunque la información de la que se disponía estuviese enormemente filtrada por un gran número de intereses y perjuicios. Lo cierto es que debemos acercarnos a la realidad morisca partiendo de la base de su situación como minoría sociocultural, pero no racial. Atendiendo a aquella división nada inocente que el padre Ribera hizo en un memorial a Felipe III en 1602, de acuerdo con una distribución jurisdiccional, los moriscos serían también mayoritariamente vasallos de señorío en la Corona de Aragón, mientras que en la de Castilla serían de realengo. La realidad era otra, porque Castilla contaba también con amplias extensiones y morerías dependientes, pertenecientes a Órdenes Militares como las villas de Daimiel y Hornachos.

La aculturación emprendida desde 1492 sobre ellos tuvo distintos grados de intensidad, por lo que hubo elementos que desaparecieron de la cultura y costumbres moriscas, y otros no. Son raros y escasos los testimonios de moriscos que hubiesen marchado en peregrinación al menos una vez a La Meca, aunque sí existen. El Ramadán permaneció como elemento central del calendario islámico en el que todo creyente debe dedicarse de manera especial al ayuno y a la plegaria. También eran motivos de fiesta el nacimiento, la consagración a Dios (el bautizo cristiano), o el matrimonio, como lo eran para los cristianos, así como tenían numerosas prohibiciones alimenticias por preceptos religiosos, como beber alcohol o comer carne de cerdo. Todos ellos preceptos islámicos heredados del medievo y que los moriscos mantuvieron, de ahí que fuesen relacionados directamente con los musulmanes.

Los trabajos que venían unidos a la imagen del morisco solían estar relacionados con el comercio ambulante e ir de un sitio a otro; una actividad que no hacía si no aumentar más aún la imagen de sospechoso. Trabajaban en huertas, como tejedores, peleteros, cesteros, ceramistas, artificieros, sastres, esparteros, hortelanos, etc, dependiendo un poco de la zona en que habitasen. Tenían fama extendida de moverse en el mundo rural, aunque probablemente en proporción contaron con igual o más número de artesanos que los cristianos viejos. Prieto Bernabé [PRIETO BERNABÉ, José Manuel, "Una minoría disidente en la Corte: los moriscos de Madrid ante la expulsión", en Torre de los Lujanes: Boletín de la real Asociación Económica Matritense de Amigos del País, 17 (1991), Madrid, págs. 57-79]hace una descripción fabulosa a partir de un censo de Madrid sobre los últimos moriscos, a través del cual podemos hacernos también una idea de su descripción física y vestimentas; como ya sabemos, no se diferenciaban tanto de los cristianos, por lo que sería descabellado hablar de dos tipos raciales distintos: más propensos y propensas a la estatura media, aunque predominan los y las altos de estatura. Eran más abundantes los delgados que las delgadas. Abundan los hombres y mujeres canosos o de pelo negro, y en menor medida rubios “trigueños” e incluso alguno con pelo bermejo (que según Bernard Vincent podían tener un origen berebere). Abundan los y las de tez morena, y escasamente hay algún pálido. Rostro seco, aguileño, abultado, chato, fresco y no feos. En general los hombres serían mayoritariamente altos, delgados, con pelo negro o canosos, tez morena, rostro alargado y barbilampiños. Las mujeres tendrían el cuerpo más proporcionado, de constitución recia, pelo negro u oscuro y tez morena y rostro fresco.

La acusación más repetida frente a ellos por la Inquisición era la de encubrir "sabia y maliciosamente" sus creencias, algo que vuelve a demostrarnos hasta qué punto se mostraban reacios a aceptar la nueva doctrina que los evangelizadores intentaban imponerles en sus incursiones en pueblos moriscos; se les reprocha también practicar la religión católica únicamente para satisfacer una obligación social. "Parece haber sido una costumbre bastante generalizada la de organizar, por la tarde del mismo día de bautismo, una reunión amistosa entre musulmanes a guisa de antídoto contra el sacramento" escribe Cardaillac, una prueba más de su negativa a la integración. El número 4 del legajo 196 de la sección Inquisición del AHN ilustra aun más este síntoma nostálgico y de ansias por huir, de no sentirse voluntariamente integrados, con unos versos moriscos: "Dicen que nos hemos de ir / nosotros de aquesta tierra / y nos hemos de andar / a aquella buena tierra / do el oro y la fina plata / se hallan de sierra en sierra. / Con la ida nos dan guerra: / ¡vámonos allá todos, / donde están los muchos moros / donde todo el bien se encierra".

Los moriscos realmente no tenían nada peligroso que hacer porque no podían hacer nada serio por sí mismos, aunque apoyados desde fuera sí podían ser un peligro; de ahí que pudiesen emanar una relativa arrogancia que obviamente sacaba de quicio a los cristianos. Por tanto si la minoría morisca suscitaba recelos es porque era inasimilable, o al menos la sociedad cristiana y ellos mismos lo consideraban así; no es que no se considerasen "españoles", sino que no se consideraban integrados en una sociedad que cada vez más se había convertido no solo en extraña, sino ya en perseguidora, y que nada tenía que tener con aquella que, tras la conquista del siglo XI, permitió florecer la cultura por toda la península, y especialmente en Toledo...

ALLLL...

Alcázar. Alcántara. Alcazaba
Y el Tajo, pintor a su paso,
dibujaba.
Y el cantaor cantaba,
borracho de esplendor.
Y el huerto bailaba.
Nunca se acaba aquí
lo que se daba.
Aquí.
La espada del sol
atraviesa el rencor
por donde antaño
Toledo sangraba.
Si muerto me encontraran
en algún rincón
de esta nuestra flor,
dejad
que me entierre
el viento seductor
envuelto con la lluvia,
abrazado a una alcazba
en el barro
de la alcazaba.

Esta y otras poesías de Ghaleb Zarah Katib, recogidas en su libro La Aurora de Toledo (Editorial Ledoria, 2007), puedes leerlas y algunas tardes escuchárselas a él, en uno de los verdaderos (y de los pocos) remansos de paz de Toledo, la tetería LA ROSA DE JERICÓ, en la calle de la Plata.

De Algeciras a Estambul...


Nunca está de más recordar –por mucho que se haya escrito y dicho a estas alturas- que existen aun hoy muchos lazos comunes entre el mundo árabe y el occidental, entre los habitantes de la hoy antigua Siria Omeya y los de la antigua España musulmana, entre Aleppo y Toledo. Aunque sin salir de Toledo, desde “allí” hasta “aquí” intentaremos insistir en este blog que no hay tanta distancia entre un punto y otro, que unos cuantos miles de kilómetros no pueden ser una excusa para no dejarnos ver lo iguales que somos, el pasado común que tenemos y el futuro que –si queremos- podemos llegar a construir ambos extremos del Mediterráneo.

Los materiales de construcción de ese futuro serán en muchas ocasiones los que nos va facilitando el pasado -por irónico que parezca-, y en otras tantas los que desde el presente nos permiten ver que las relaciones hispanoárabes deben construirse de otra manera. Serán, por tanto, esos instrumentos del pasado la Historia común, la poesía, la música, la gastronomía, la literatura de viajes o el teatro entre muchos otros, y los del presente las noticias -no sólo políticas- que sigan mostrándonos la relación que hay Aleppo y Toledo, entre Essaouira y Córdoba, o entre Valencia y Orán.

Mundos muy distintos si miramos de manera somera y superficial, pero casi idénticos en esencia, prácticamente gemelos si consiguiésemos analizarlos extrayendo los condicionantes religiosos que hoy tan diferentes (creemos que) nos hacen. Y mundos que desde este blog, vozero de la Asociación Hispano-Árabe Hermandad, Justicia y Libertad, intentaremos acercar a todo aquel que se acerque por aquí y quiera sentarse un rato, prepararse un té verde con hierbabuena o una copa de vino, y disfrutar de una lectura tranquila.

Huelga decir que son más que bienvenidas las aportaciones, los consejos, la reprimendas por algunas de nuestra ideas y las colaboraciones, pues no pretendemos otra cosa que remover conciencias y corazones en pos de una causa común: las buenas relaciones -ya no sólo necesarias, sino lógicas y justas- de dos mundos que en esencia son tan iguales, tan hermanos.

Sírvete el primer trago, y disfruta de la lectura.