viernes, 30 de octubre de 2009

POEMA DE LOS REYES MAGOS DE ISRAEL. (Ghaleb Zarah, Toledo, 5 de enero de 2009)

Esta es, la Boda de la Sangre,
vuelve Federico...
Vuelve a escribir tus versos
andaluces...
Bajo la luna de Gaza...
Ven a ser el testigo...
De la danza de las palomas...
En los pechos de las madres,
de los hijos...
Ya estan todas degolladas...
Lorca esta es...
la Boda de la Sangre...
Que perfumará la morada
de Israel...
Holocausto a Jehová ...
Ya nunca más olerá
a rendición , a traición ...
Resistencia, resistencia, resistencia
y ... gloria ... al morir
como el nazareno crucificado
ante ... la junta de Israel
comiendo de su corona de espinas
... las golondrinas ...
Se estira ... mi cuidad ... Gaza ...
... que es ... en su nombre ...
Y en su ruina ... espina .. en la garganta
de ... Israel ...
Esta es la Boda de la Sangre.
Vuelve ... Garcia ... y ... Lorca
a ... escribir ...

Hoy es otro de los protagonistas del poema, García Lorca, a quien se dedica más tiempo en prensa, radio y televisión por temas de Memoria Histórica. Por eso hemos creído bueno recuperar este poema inédito de Ghaleb Zarah escrito durante la Navidad de 2009, en la que Israel bombardeó incesantemente al otro protagonista del poema, Gaza. Una imagen vale más que mil palabras, incluso que mil poesías si son así de buenas:

http://www.boston.com/bigpicture/2009/01/scenes_from_the_gaza_strip.html

La expulsión de los Moriscos ( I )

Como ya sabréis, este año se han celebrado diversos coloquios y se han presentado varios libros y estudios como consecuencia del cuarto centenario de la primera expulsión, en 1609, de los moriscos peninsulares. Desde la Asociación Hispano-Árabe Hermandad, Justicia y Libertad quisimos conocer en la medida de lo posible "por dónde iban los tiros" en cuanto a conclusiones y novedades sobre el tema, y alguno de sus miembros pudo asistir a un coloquio celebrado en la Biblioteca Nacional de Madrid los días 3 y 4 de septiembre, que contó con la presencia de una de nuestras debilidades en cuanto a investigadores en Historia se refiere, Bernard Vincent.

http://www.bne.es/export/sites/BNWEB1/es/Actividades/AgendaMensual/Agendas2009/Septiembre2009/docs/ProgramaCongresoMoriscos.pdf

Tras asistir a esto y en base a trabajos ya realizados aunque no publicados, decidimos dedicar algunas entradas a este tema, pues puede y debe hablarse de ello como uno de los momentos más dramáticos de NUESTRA historia moderna, pues expulsores y expulsados -al más puro estilo de una Guerra civil- eran igual de españoles. Con este ensayo pretendemos dar a conocer cómo eran realmente aquellos moriscos que fueron expulsados, y en base a qué se fue creando el estereotipo del morisco a expulsar (completamente falso y exagerado en la mayoría de los aspectos), para poder entender así cómo se llegó a expulsar a miles de personas que, en la mayoría de los países musulmanes a los que llegaron tras la expulsión, fueron maltratados, robados e incluso asesinados, pues a su llegado eran considerados falsos musulmanes, casi cristianos. Expulsados de la Católica Monarquía de Felipe III por criptomahometanos, y recibidos en tierras musulmanas como extranjeros débiles, aunque peligrosos...

¿Quiénes y como fueron los expulsados en 1609?. La realidad morisca a comienzos del siglo XVII.

La preocupación peninsular con el Islam tiene su época dorada hasta la expulsión de los moriscos, aunque la información de la que se disponía estuviese enormemente filtrada por un gran número de intereses y perjuicios. Lo cierto es que debemos acercarnos a la realidad morisca partiendo de la base de su situación como minoría sociocultural, pero no racial. Atendiendo a aquella división nada inocente que el padre Ribera hizo en un memorial a Felipe III en 1602, de acuerdo con una distribución jurisdiccional, los moriscos serían también mayoritariamente vasallos de señorío en la Corona de Aragón, mientras que en la de Castilla serían de realengo. La realidad era otra, porque Castilla contaba también con amplias extensiones y morerías dependientes, pertenecientes a Órdenes Militares como las villas de Daimiel y Hornachos.

La aculturación emprendida desde 1492 sobre ellos tuvo distintos grados de intensidad, por lo que hubo elementos que desaparecieron de la cultura y costumbres moriscas, y otros no. Son raros y escasos los testimonios de moriscos que hubiesen marchado en peregrinación al menos una vez a La Meca, aunque sí existen. El Ramadán permaneció como elemento central del calendario islámico en el que todo creyente debe dedicarse de manera especial al ayuno y a la plegaria. También eran motivos de fiesta el nacimiento, la consagración a Dios (el bautizo cristiano), o el matrimonio, como lo eran para los cristianos, así como tenían numerosas prohibiciones alimenticias por preceptos religiosos, como beber alcohol o comer carne de cerdo. Todos ellos preceptos islámicos heredados del medievo y que los moriscos mantuvieron, de ahí que fuesen relacionados directamente con los musulmanes.

Los trabajos que venían unidos a la imagen del morisco solían estar relacionados con el comercio ambulante e ir de un sitio a otro; una actividad que no hacía si no aumentar más aún la imagen de sospechoso. Trabajaban en huertas, como tejedores, peleteros, cesteros, ceramistas, artificieros, sastres, esparteros, hortelanos, etc, dependiendo un poco de la zona en que habitasen. Tenían fama extendida de moverse en el mundo rural, aunque probablemente en proporción contaron con igual o más número de artesanos que los cristianos viejos. Prieto Bernabé [PRIETO BERNABÉ, José Manuel, "Una minoría disidente en la Corte: los moriscos de Madrid ante la expulsión", en Torre de los Lujanes: Boletín de la real Asociación Económica Matritense de Amigos del País, 17 (1991), Madrid, págs. 57-79]hace una descripción fabulosa a partir de un censo de Madrid sobre los últimos moriscos, a través del cual podemos hacernos también una idea de su descripción física y vestimentas; como ya sabemos, no se diferenciaban tanto de los cristianos, por lo que sería descabellado hablar de dos tipos raciales distintos: más propensos y propensas a la estatura media, aunque predominan los y las altos de estatura. Eran más abundantes los delgados que las delgadas. Abundan los hombres y mujeres canosos o de pelo negro, y en menor medida rubios “trigueños” e incluso alguno con pelo bermejo (que según Bernard Vincent podían tener un origen berebere). Abundan los y las de tez morena, y escasamente hay algún pálido. Rostro seco, aguileño, abultado, chato, fresco y no feos. En general los hombres serían mayoritariamente altos, delgados, con pelo negro o canosos, tez morena, rostro alargado y barbilampiños. Las mujeres tendrían el cuerpo más proporcionado, de constitución recia, pelo negro u oscuro y tez morena y rostro fresco.

La acusación más repetida frente a ellos por la Inquisición era la de encubrir "sabia y maliciosamente" sus creencias, algo que vuelve a demostrarnos hasta qué punto se mostraban reacios a aceptar la nueva doctrina que los evangelizadores intentaban imponerles en sus incursiones en pueblos moriscos; se les reprocha también practicar la religión católica únicamente para satisfacer una obligación social. "Parece haber sido una costumbre bastante generalizada la de organizar, por la tarde del mismo día de bautismo, una reunión amistosa entre musulmanes a guisa de antídoto contra el sacramento" escribe Cardaillac, una prueba más de su negativa a la integración. El número 4 del legajo 196 de la sección Inquisición del AHN ilustra aun más este síntoma nostálgico y de ansias por huir, de no sentirse voluntariamente integrados, con unos versos moriscos: "Dicen que nos hemos de ir / nosotros de aquesta tierra / y nos hemos de andar / a aquella buena tierra / do el oro y la fina plata / se hallan de sierra en sierra. / Con la ida nos dan guerra: / ¡vámonos allá todos, / donde están los muchos moros / donde todo el bien se encierra".

Los moriscos realmente no tenían nada peligroso que hacer porque no podían hacer nada serio por sí mismos, aunque apoyados desde fuera sí podían ser un peligro; de ahí que pudiesen emanar una relativa arrogancia que obviamente sacaba de quicio a los cristianos. Por tanto si la minoría morisca suscitaba recelos es porque era inasimilable, o al menos la sociedad cristiana y ellos mismos lo consideraban así; no es que no se considerasen "españoles", sino que no se consideraban integrados en una sociedad que cada vez más se había convertido no solo en extraña, sino ya en perseguidora, y que nada tenía que tener con aquella que, tras la conquista del siglo XI, permitió florecer la cultura por toda la península, y especialmente en Toledo...

ALLLL...

Alcázar. Alcántara. Alcazaba
Y el Tajo, pintor a su paso,
dibujaba.
Y el cantaor cantaba,
borracho de esplendor.
Y el huerto bailaba.
Nunca se acaba aquí
lo que se daba.
Aquí.
La espada del sol
atraviesa el rencor
por donde antaño
Toledo sangraba.
Si muerto me encontraran
en algún rincón
de esta nuestra flor,
dejad
que me entierre
el viento seductor
envuelto con la lluvia,
abrazado a una alcazba
en el barro
de la alcazaba.

Esta y otras poesías de Ghaleb Zarah Katib, recogidas en su libro La Aurora de Toledo (Editorial Ledoria, 2007), puedes leerlas y algunas tardes escuchárselas a él, en uno de los verdaderos (y de los pocos) remansos de paz de Toledo, la tetería LA ROSA DE JERICÓ, en la calle de la Plata.

De Algeciras a Estambul...


Nunca está de más recordar –por mucho que se haya escrito y dicho a estas alturas- que existen aun hoy muchos lazos comunes entre el mundo árabe y el occidental, entre los habitantes de la hoy antigua Siria Omeya y los de la antigua España musulmana, entre Aleppo y Toledo. Aunque sin salir de Toledo, desde “allí” hasta “aquí” intentaremos insistir en este blog que no hay tanta distancia entre un punto y otro, que unos cuantos miles de kilómetros no pueden ser una excusa para no dejarnos ver lo iguales que somos, el pasado común que tenemos y el futuro que –si queremos- podemos llegar a construir ambos extremos del Mediterráneo.

Los materiales de construcción de ese futuro serán en muchas ocasiones los que nos va facilitando el pasado -por irónico que parezca-, y en otras tantas los que desde el presente nos permiten ver que las relaciones hispanoárabes deben construirse de otra manera. Serán, por tanto, esos instrumentos del pasado la Historia común, la poesía, la música, la gastronomía, la literatura de viajes o el teatro entre muchos otros, y los del presente las noticias -no sólo políticas- que sigan mostrándonos la relación que hay Aleppo y Toledo, entre Essaouira y Córdoba, o entre Valencia y Orán.

Mundos muy distintos si miramos de manera somera y superficial, pero casi idénticos en esencia, prácticamente gemelos si consiguiésemos analizarlos extrayendo los condicionantes religiosos que hoy tan diferentes (creemos que) nos hacen. Y mundos que desde este blog, vozero de la Asociación Hispano-Árabe Hermandad, Justicia y Libertad, intentaremos acercar a todo aquel que se acerque por aquí y quiera sentarse un rato, prepararse un té verde con hierbabuena o una copa de vino, y disfrutar de una lectura tranquila.

Huelga decir que son más que bienvenidas las aportaciones, los consejos, la reprimendas por algunas de nuestra ideas y las colaboraciones, pues no pretendemos otra cosa que remover conciencias y corazones en pos de una causa común: las buenas relaciones -ya no sólo necesarias, sino lógicas y justas- de dos mundos que en esencia son tan iguales, tan hermanos.

Sírvete el primer trago, y disfruta de la lectura.